viernes, 18 de noviembre de 2016

Brillitos de luna


¿Hola!
Cómo estás, de nuevo nos encontramos, ante todo mil disculpas por no contestar los comentarios recientes, estoy sin compu todavía.
Este finde me la entregan, por eso esta entrada un poco improvisada con un mueblecito que hice hace mucho, como para practicar técnicas.
Y la titulé así, porque tiene mucho plateado, color que me recuerda el brillo fresco y sereno de la luna... 
Había pensado no presentarlo en el blog, porque no tengo fotos de los pasos... Pero te lo muestro igual, a ver qué te parece.


No tengo fotos del paso a paso, en ese momento ni pensaba en escribir un blog y compartir esta locura, pero acá van algunas imágenes como para que te hagas una idea.


Era algo realmente asqueroso, estaba viejo, roto, le faltaban las patas, que reemplazamos.



Un mueble sin gracia ni esperanza, pobre...
Lo desinfecté, limpié, lijé hasta que me quedaron los hombros dormidos de tanto lijar.
Luego lo pinté de blanco, mientras pensaba qué hacerle.



En las puertas, con molduritas de madera talladas, hice un marco, y dentro de ese espacio, apliqué un estencil en relieve hecho con enduido plástico.


El color que le di es un verde amarillento, que tenía en cantidad ya que me había sobrado de otro trabajo.
El relieve, lo cubrí con pan de plata, igual que las molduras y los soportes del espejo.
Una vez seco el color, lo desgasté un poco con lija, para que saliera el blanco de abajo.



Acá ves de cerca el brillo de la plata, en el terminado está envejecido con cera.

 


En los laterales, le apliqué la misma plantilla, con color blanco pero muy tenuemente aplicado, casi transparente. Cuando secó, lo lijé un poco para desgastarlo aún más.



Acá ves el lateral luego de encerado.


Los tiradores son de metal, también los plateé a la hoja, y luego de darle barniz los envejecí con cera oscura.



Los interiores los forré con partituras antiguas.



Una vez terminado, le di una mano de barniz a todo lo plateado a la hoja. Y luego pasé una buena capa de cera natural a todo el mueble, seguida de otra capa de cera oscurecida con betún de Judea. Retiré enseguida con un trapo, para que solo se depositara en los recovecos, y dejé secar bien.
Al otro día saqué brillo con un trapo de lana.



Bueno, es lo que traje hoy para mostrarte, lástima que no tengo el paso a paso, sobre todo del plateado a la hoja, pero prometo preparar algo más adelante, aunque quizás ya lo sepas...
Espero llegar a tiempo al finde frugal de Marcela Cavaglieri, no me lo quiero perder, seguro que ya han empezado con las decoraciones de Navidad.... 
Besos mil, y ya sabés, pasá cuando quieras, tu visita me alegra la vida.



viernes, 11 de noviembre de 2016

Cultivando la paciencia


Hola!

No te imaginás la alegría que tengo! Después de una semana sin computadora, entrar a  mi casa virtual y encontrarme con un montón de visitantes, en varias publicaciones!

Y si te digo que estoy cultivando la paciencia, es porque eso estoy haciendo, desde hace más de siete días, en que cuando intenté encender la compu, me apareció un cartelito muy orondo que decía no se pueden cargar los datos de usuario.

Probé varias veces, y lo mismo. La reiniciaba,  y vuelta el dichoso cartel. Conclusión. Me quedé sin compu. Al taller.

Ahora te estoy escribiendo desde máquina prestada, y a pesar de que no tengo nada para mostrarte, no quería dejar de comunicarme con vos.

Pero pensándolo bien puedo compartir algo, y tiene que ver con el tema de esperar: Compré un cactus epífito hace varios años y nunca había dado señales de florecer.

Cada tanto lo miraba, estudiando sus hojas, a ver si asomaba un capullito... y nada.

Paciencia, me decía a mí misma... ya va a dar una flor, y será hermosa... Y de pronto, esta primavera....


Mirá, y decime si no es preciosa!




Valió la pena la espera, porque de ahora en más florecerá todos los años. 

Las fotos las subo en crudo, no tengo ningún programa para recortarlas o mejorarlas, así que te muestro lo que hay, como decimos en confianza. 

Nos pasamos casi toda la noche despiertos, sacando fotos y admirando esta belleza.











Como verás, le disparábamos de todos los ángulos, en diferentes momentos, mientras se abría en toda su perfección.

¿Viste que a veces las cosas no salen como queremos, tardan en resolverse los problemas, nos parece que el tiempo se nos va y nos impacientamos con nosotras mismas por no poder apresurar las soluciones y con el mundo que parece no entender nuestras necesidades?

Pero la paciencia tiene recompensas, como esta hermosura fucsia que nos regaló su radiante maravilla.

Y con esta flor me voy a visitar a Marcela Cavaglieri en el finde frugal, y a todas las artesanas que semana a semana se reúnen para compartir sus trabajos.

¡Me olvidaba de contarte que cuando creíamos que se iba a cerrar, que sólo duraría una noche, como la mayoría de las flores de cactus, nos sorprendió a la mañana abierta y bella, esperando al sol.



Por hoy te dejo, aguardando pacientemente a que el técnico me devuelva mi CPU funcionando. Te deseo que pases una semana hermosa, y ya sabés que te espero siempre, me llena de alegría tu visita.



¡Besos mil!!!

viernes, 4 de noviembre de 2016

¡Si te hace feliz, hacelo!


Reciclado de latas 





Si te hace feliz, y no hace daño, hacelo.
Tantas cosas hacemos por deber, por obligación, por rutina, por agradar a otros... 
A mí me hace feliz andar trasteando con mis pinceles y pinturas, mezclar colores, probar diferentes técnicas... y ni te cuento lo que me gustan las plantas, si pasás seguido por acá te habrás dado cuenta que son mi debilidad.

Esto que traigo hoy no es nada del otro mundo, son sólo unas latas de duraznos a las que hice agujeros de drenaje,  pinté con dos capas de aerosol blanco y decoré con estencil.

Fijate que estas dos latas tienen tres agujeros equidistantes, una sólo en el borde superior y otra en los bordes superior e inferior. Son para colgarlas una debajo de otra, con unas sogas de naylon que pasaré por los agujeros y sujetaré con nudos.



Después de pintarlas de blanco, me puse a mezclar colores y elegí un verde y un azul claro, pensando en rayas o franjas.



Acá te muestro las latas, pinceles, pinturas... Aparte del verde y el azul agregué un rosa country y el amarillo de Nápoles, que me encanta. La muñequilla de gomaespuma chiquita es para pintar con esténciles.



Las franjas las hice delimitando con cinta de enmascarar.



Hice una franja verde, luego una azul y una amarilla más finita, siempre ayudada por la cinta de pintor. 




Esta es mi esponja "de mar" que no es de mar, sino un pedazo cúbico de gomaespuma, que trabajé con un punzón caliente, haciéndole agujeros de distintos tamaños para lograr ese aspecto.



Con esa esponja y pintura blanca, logré este efecto.



Dejé secar bien, y presenté una plantilla para hacer un estencil. Esta que ves es otra lata, pero los pasos son los mismos.



Con muñequilla de gomaespuma bien chiquita fui pintando las flores con rosa, las hojas y tallos con verde, y el lazo con amarillo de Nápoles.



Hice tres latas, con distintos motivos pero los mismos colores.




A estas dos las colgué una debajo de otra.



Acá las ves con sus plantitas, me gusta cómo quedan estos colores claros sobre el rojo tanino de la pared. 
Para colgarlas así, pasé una cuerda de naylon por los agujeros que te mostré antes, trabando con nudos bien grandes en los agujeros de la base de la lata de arriba.



Esta está colgada de una reja, le hice un agujerito y pasé un ganchito de alambre en forma de S.


Sí, ya sé que no inventé nada, pero me sentí tan feliz toda la tarde que pasé pintando mis latas, a pesar del trabajo que me dio sujetar las dos que van juntas...  me quedaba una tira más larga, o se me acortaba mucho... en fin, renegué un poco, pero con gusto.
Y después, buscando qué plantas pondría, dónde quedarían mejor, si les daría mucho sol, y finalmente, cuando las dejé listas, la satisfacción enorme por haber hecho algo lindo con mis manos y llevarlo al finde frugal de Marcela
Ah, me olvidaba de contarte que a las latitas les di dos manos de barniz al agua, ya que van a estar a la intemperie. 

Por hoy te dejo, me voy a lo de Marcela. Ya sabés que te espero siempre, tu visita me alegra la vida. Besos mil!

viernes, 28 de octubre de 2016

Alicia y la mesa redonda parte 2


Hola! Antes que nada te cuento que me voy al finde frugal de Marcela Cavaglieri, para compartir con las chicas este trabajo y admirar las maravillas que cada semana presentan...
Dicho esto, te muestro la mesa redonda terminada, y te cuento cómo la lustré.


¿Te acordás que el viernes pasado le hice una imitación madera con esponja?

Bueno, ahora tocaba lustrarla.

Primero hice una muñequilla, con un trozo de camiseta de algodón bien viejita, a la que rellené con estopa de algodón, o hilaza. Si se ve como manchada es que está manchada, ya que la usé para limpiar pinceles con tintura, luego la lavé, pero las manchas no salieron.



La muñequilla me gusta hacerla del tamaño de mi puño, para que sea fácil de manipular.



Luego, antes de cerrarla, vuelco un poco de lustre sobre la estopa, que se humedezca bien pero que no chorree. 
Cierro la muñequilla, retorciendo la tela, y descargo un poco  sobre el dorso de mi mano, para probar cuanta humedad tiene.
Si estoy satisfecha, empiezo a pasar sobre la madera, con movimientos de "e". Sí, de e minúscula, como haciendo rulitos, por partes pequeñas, hasta que cubro toda la pieza.



Dejo secar, tarda media hora más o menos porque el lustre se diluye con thinner, que es de secado rápido, y doy una segunda mano, esta vez en vertical, como la veta de la madera.
Y una tercera mano, igual que la segunda.
Así, podés darle hasta cuatro pasadas.
Yo me quedé en tres, y ya está.

Edito y aclaro, ya que me he dado cuenta que los productos pueden cambiar de nombre en los diferentes países: El producto que uso se llama tinta lustre, su nombre comercial es LOXON, viene en diferentes tonos y también incoloro, que es el que yo usé. No pongo fotos del envase, porque me lo facilita una fábrica de muebles que funciona cerca de casa, ellos lo compran en latas enormes, y yo uso sólo ocasionalmente pocas cantidades.
El thinner es el diluyente que se usa para este producto, es una mezcla de disolventes derivados del petróleo, es parecido al aguarrás, pero no aceitoso como ella, por lo que su secado es muy rápido. 



Te confieso que no me termina de convencer el resultado, pero bueno, como experimento me sirve para tomar nota de los pasos, materiales que usé, y defectos a mejorar para la próxima...

...Me gusta experimentar, probar materiales, combinar técnicas, y a veces sale bien, otras no tanto. Como todo en la vida. 
Lo lindo es seguir intentando. No desanimarse frente a los fracasos, armarse de un montón de paciencia y aprender de los errores, para mejorar. 
Nos vemos la semana que viene, pasalo lindo, disfrutá el fin de semana. Te dejo un gran abrazo, y ya sabés, pasá cuando quieras, tu visita me alegra la vida.

viernes, 21 de octubre de 2016

Alicia y la mesa redonda parte 1


Imitación veta de madera




Alicia tenía una mesa redonda.


Durante muchos años, en la cocina de su casa, esa mesa sufrió los "descuidos" de los chicos, que hacían la tarea de la escuela y sin querer rayaban su sobre, y las quemaduras que una mamá apurada le provocaba, al olvidar poner un salvamantel antes de apoyar las fuentes y asaderas calientes.
Una vez, mientras hacían un experimento de química, le cayó una sustancia ácida que la marcó de por vida, pobre y sufrida mesa.
Así siguió prestando servicios hasta que Alicia encontró la mesa de sus sueños, y, sin consideración, descartó a la pobre y estropeada redonda, que durmió en un rincón hasta hoy.
Hoy te toca, le dijo.
Y le quitó el barniz con removedor. Luego una buena lijada. Y dos manos y media de esmalte al agua blanco puro.


La foto de las patas pintadas te las debo, no salieron bien.

Con la tapa, no se decidía ya que estaba tan fea, con el enchapado saltado, rajado, quemado...
Hasta que se dijo que peor de lo que estaba no podía quedar, entonces comenzó con una buena limpieza.



Y esta vez sí usó la lija. Bastante, pero con cuidado porque no es madera maciza sino enchapada, y no es cuestión de sacar toda la chapa, sólo el barniz .



¿Se nota la diferencia entre la parte lijada (izquierda) y la parte sin lijar?



Ahora, la masilla para madera, color roble.
Aplicada con espátula en capas muy finas, dejando secar bien, y  lijando suavemente antes de dar otra mano. Estos pasos se repiten hasta que la superficie quede pareja y uniforme.



Ahora, Alicia la miró y consideró dos caminos: pintarla, o lustrarla.
No la quiere pintada.
La lustrará. ¿Pero y las partes masilladas? No quedan igual que la madera. El tinte no se absorbe igual, y las vetas desaparecen bajo la masilla...
Entonces sacó sus esponjas "veteadoras" y tintes de varios colores que diluyó con un poco de agua, y comenzó a tratar de imitar las vetas de la madera.  Usó colorantes roble, caoba y cedro.
Las esponjas son trozos rectangulares de gomaespuma, que se moldean con un destornillador o un clavo calentad al fuego, para producir esos agujeros y canales. 



Moja una esponja con tinte caoba, y hace un trazo perpendicular a su cuerpo, o sea de adelante hacia atrás.
Toma otra esponja, y con color roble hace una pasada al lado, un poco encimada.
Y así hasta completar toda la tapa de la mesa.
Eso es porque si trabaja de costado, de izquierda a derecha, siempre queda el trazo como curvado. O por lo menos eso le pasa a Alicia. En cambio, si trabaja en vertical, desde el  cuerpo hacia afuera, le quedan los trazos más parejos y derechos.



Como jugando pasa una esponja con un tinte, con otra esponja pasa otro, cubre o encima algunas pasadas, imitando las vetas de una madera que no existe más que en su imaginación. Y en esta mesa.
Luego hace los bordes igual. 
Y deja secar muy bien.




Una vez conforme con el color, toca lustrar.
Lo hará con lustre al thinner, que seca muy rápido y es incoloro.

Peeeero, como en las novelas, esta historia continuará... porque hace una semana que llueve en Rosario, y no es conveniente ni sano lustrar al thinner con humedad alta y en un ambiente cerrado.
Esperará hasta que el tiempo le permita trabajar afuera, o adentro pero con puertas y ventanas abiertas.

Por eso, será hasta la semana que viene.
Mientras tanto, me voy al finde frugal de Marcela Cavaglieri, no me quiero perder esta cita con la creatividad!!!
Chau, pasá cuando quieras, y te espero el viernes, así te muestro cómo termina la historia... Besos mil.



viernes, 14 de octubre de 2016

La otra mirada


Bandeja y posa fuente de madera


Técnica de teñido y estarcido



Un domingo de paseo por el Tigre con mis amigas.
El río, el sol, puestos al aire libre, viveros, galerías comerciales, viveros, puestos de artesanías, viveros... adivinás qué compré?
¡Sí, plantas!
Pero también traje otras cositas, entre ellas estas tablas para pizza. Son de pino, bastante rústicas, pero me gustaron mucho. Sobre todo por el precio, estaban casi regaladas, y como compramos muchas, nos hicieron descuento.
Mientras las compraba, mi cabeza imaginaba las cosas que podía hacer con ellas: desde una mesita bien rústica, con patas de hierro, hasta un reloj, o un cuadro para la cocina...


Tengo esa manía de mirar los objetos y ver más allá, o para el costado, no sé bien cómo explicarlo, pero seguro que me entendés.
Entrecierro los ojos y veo no sólo lo que estoy mirando, sino todo lo que se lograría con una mano de pintura, o una moldurita, o quitándole "ese tirador horrible de plástico"... 
... Porque un marco de fotos puede ser mucho más que un marco de fotos, un trozo de madera se puede convertir en candelabro, y una tabla para pizzas es muy factible que se transforme en una bandeja o un posafuentes...
Porque las que miramos con otra mirada, solemos transformar los objetos que caen en nuestras manos.
Por eso te muestro cómo vi yo esta tabla de pino, mirando con esa otra mirada. 

Paso a paso

Primero la lijé bien, con lija mediana y luego fina.



Quería hacerle algún detalle, así que busqué mis esténciles.
Presenté varias plantillas, hasta que di con la que me gustó más.
La fijé con cinta, y con una muñequilla de gomaespuma comencé a estarcir el diseño.



Ya sabés que hay que descargar un poco la esponja en un papel antes de poncear, para que no se traspase la pintura.
A golpecitos se va pintando.



Fijate que fui ubicando la plantilla en diferentes posiciones, para variar un poco. No se nota mucho, pero no quería hacer un dibujo demasiado uniforme.



Repetí el proceso hasta  completar la vuelta.



Apenas terminé de usar el estencil, lo sumergí en agua con detergente. Luego de unos minutos la pintura sale sola, sin necesidad de fregarlo con esponja.



Luego que secó bien la pintura, una lijadita muy suave, para desgastar un poco el diseño, si te gusta. Si no, lo dejás así. A mí me gustan los estarcidos no muy nítidos,  con poca carga de pintura. 
Y luego, el teñido.
Usé aceite de lino y entonador universal, previamente disuelto en un poquito de trementina.



Se pasa con una esponja, o con pincel, lo que te quede más cómodo, y se retira el excedente con un paño de algodón que no deje pelusa.
Este paso se repite hasta quedar satisfecha con el resultado. Mientras más veces se le pase tinte, más oscuro va a quedar.



Una vez seco, sólo queda sacarle brillo con un trapo de lana, y listo.
Acá ves la tabla con una mano de lustre.



En esta foto, con tres manos. Fijate cómo tomó un tono más profundo. No quedó exactamente como me imaginé, el tinte decía que era color nogal, pero nada que ver. Igual está linda mi redondita.



Quedó una pieza rústica, que me gusta bastante por su simplicidad. Se puede usar como bandeja para llevar la pava y el mate al patio, o como posafuentes, todo depende de tu mirada. 



Como no está barnizada, se pueden apoyar objetos calientes, se puede lavar y sólo se necesita una pasada de aceite de lino de vez en cuando para que retome su brillo satinado.



¡Ojalá este trabajo te pueda servir de disparador de ideas, como a mí me inspiran todos los viernes Marcela y todas las chicas que participan de los findes frugales!
Ahora me voy para allá, no sin antes recordarte que sos bienvenida a esta casa, que te espero siempre y me llena de felicidad tu comentario.
Besos mil!