martes, 31 de mayo de 2016

Viajar sin salir de casa

Un paseo a la librería


Dicen que leer alivia la soledad. Hay quienes leen sólo para adquirir conocimientos.
Leer, para mí, es estar acompañada; conocer personas de todas las épocas, viajar por el mundo atravesando tiempo y espacio desde mi sillón de mimbre, o recostada en la cama antes de dormir.
Leer es dejarme llevar a universos paralelos, y estar en dos lugares al mismo tiempo: acá y ahora, y allá y entonces...
Si te contara que leo en colores! Sí, leo y "veo" lo que estoy leyendo, con todos los ojos: los de leer los textos, y los de "ver" con la imaginación.
Hay libros que me han llevado a la Venecia del Renacimiento, y te aseguro que estuve, sí, estuve en esos carnavales, paseando en una góndola, en el siglo XV...
Leo desde que tengo memoria, y conozco casi todas las librerías de mi ciudad. Sobre todo las de usados. Librerías de viejo, que le dicen.
Mis libros son amigos, los leo una y mil veces, los limpio, acomodo, acaricio.
Los uso también para decorar, los llevo conmigo de habitación en habitación mientras los leo.
Nunca faltaron en los cumpleaños, en las Navidades. Nunca.
Recuerdo un año en que no había dinero para nada, estábamos pasando momentos difíciles, no sabía cómo hacer para poner un obsequio en el arbolito para mis hijos. Fui derecho a la librería de usados, y por dos pesos conseguí unos libros preciosos, que todavía tienen en sus bibliotecas.
El otro día estuve de visita en Longo, la librería más antigua de la ciudad de Rosario. Sí, se llama Librería Americana, pero para todos los que la conocemos, es Longo.


Compro mis libros allí desde que tengo memoria, y mis hijos  también la visitan bastante seguido. Te aseguro que si pasás por la puerta, y no sabés qué se vende allí, no entrás.
Se ve fea su fachada. Como una persona con muchos años,  y que los lleva mal. Casi abandonada, se diría.
Pero a los que la conocimos cuando era "La Longo", todavía nos atrae pasar y curiosear esas estanterías que llegan hasta el techo, ahora medio vacías. Sentir ese olor a libro, no sé cómo explicarlo,  y acariciar los lomos polvorientos, buscando el tesoro para a llevar a casa.
La señora Amalia, ya con muchos años, sigue al frente. Te recibe y te trata con una cortesía increíble, te aconseja, te deja elegir y mirar todo.  Y a veces te regala alguna cosa, como las partituras que me obsequió y seguro usaré para alguna decoración o manualidad...
Te aseguro que  entrar en este ambiente es como un viaje en el tiempo. 
Fijate esta vitrina con postales, si no es de otro siglo.



Mirá si no, esta revista del año del jopo...


O este volumen impreso a dos columnas, algo que ya no se ve... 


Observá que el precio de estas novelas está en lápiz. Y si te intriga la letra en mayúscula, bueno, te cuento que es la inicial de quien lo dejó en consignación para vender. Sí, es así. Vos dejás tus libros en la librería, y si se venden, te llaman y te abonan tu parte.


Y viste las postales antiguas? Son del año 1918, traídas por el señor Longo de Inglaterra y de Italia. 
Estos son los tesoros que traje a casa: unos libros viejitos, algunos no tanto. Partituras, para trabajar y esas postales divinas divinas que son ya mis preferidas... Demás está decirte que las atesoro y estoy pensando pasarme una de estas tardes para traerme dos  o tres más, quizás alguna de San Valentín, esas de los besos apasionados...


Sí, voy a volver a Longo, no sólo para buscar alguna postal. Quiero saludar a su propietaria,  escuchar sus relatos de cuando ésta era la librería líder de usados, a envolverme en ese retazo de otro siglo... antes de que el tiempo se encargue de cerrar para siempre su puerta.
Sí, estoy un poco melancólica hoy. Será la seguidilla de días nublados...
Ahora me voy a leer un poco, tengo material para rato. Pero ya sabés, pasá cuando quieras, te espero siempre!


4 comentarios:

  1. Te comprendo perfectamente pues ese mismo sentimiento siento hacia los libros, me lo transmitieron mis padres y procuro transmitírselo a mis niñas. Puedo oler desde aquí el olor a libro antiguo.
    Bello post, Alicia.
    Besos

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  2. Hola, recién conozco tu blog. No sé muy bien cómo es esto de comentar, pero me emocionó este post. También amo los libros, y soy bastante sentimental, por eso será que me llegaste al corazón. Espero se publique mi comentario, me quedo por aquí para seguir viendo tus artesanías. Saludos. Mirta.

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  3. Nos encanta leer, pero has conseguido transmitirnos la intensidad de tu entusiasmo por este maravilloso hábito que tanto y tanto aporta. Y nos hemos quedado embelesadas con tus nuevas adquisiciones, ¡no lo pienses más y vete corriendo a comprar más de esas maravillosas postales antiguas, Alicia!

    Un beso enorme de las dos

    J&Y

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  4. Hola Ali! Si me encanto las postales. Tengo un montón de la época de mis abuelos, de principios del siglo pasado. Un día las voy a subir... Te comento Ali que estas para ser escritora... que facilidad para hacer entender tus sentimientos!!! Si... ir a esa libreria es como ir al tunel del tiempo... Besos!!!

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