Hola, antes que nada pido disculpas por esta irregularidad en las publicaciones, entre unos y otros temas, salud, clima tórrido, cortes de luz, y últimamente tormentas impresionantes con vientos y lluvias torrenciales, con los correspondientes cortes de suministro eléctrico y de agua, se me hizo un poco difícil publicar.
Espero ir retomando el ritmo, y prometo solemnemente el último post de las sillas inglesas, para el lunes que viene. Es que recién hoy me entregaron las maderas para los asientos. El carpintero estuvo sin luz también, obvio.
Ahora sí, te cuento la historia de esta cómoda de los años sesenta:
Restauración de una cómoda
No tenía patas.
Sí.
Cuando la compraron, fue destinada a la habitación de dos hermanitos de 2 y 5 años. La cómoda era preciosa, pero alta. La mamá, que quería los muebles a la altura de sus hijos, le serruchó las hermosas patas.
Y la pintó.
De azul.
Los chicos, la usaron durante años y años, crecieron y ya el azul era muy de bebés, entonces la mamá la decapó e intentó dejarla con la madera al natural, pero no quedó bien, se notaban manchas, decoloraciones en la madera, no quedaba de un color uniforme, en fin, la usaban porque es amplia y firme, de buena madera, y nada más.
La mamá aún no dominaba bien el tema restauración....
En la foto siguiente se ve bien el estado del sobre, con muchas manchas y decoloraciones producto del uso intensivo, y del defectuoso tratamiento de la madera.
Acá, en plena etapa de decapado.
Los cajones en bastante mal estado, con faltantes de chapa y mal lustrados.
Costó bastante emparejar el tono de la madera, pero creo que lo logré. La lustré a muñequilla...
Decidí que los cajones sería negros, y los herrajes en plata envejecida.
Bien masculina, sobria, elegante, preparada para lucirse.Siempre digo que estos muebles con algunos años son eternos, se aguantan todo. Estuvo en uso muchísimo tiempo, y no se le aflojó nada, los cajones corren como si estuviera recién hecha.
Fijate en el piso de la habitación, son baldosas calcáreas de hace sesenta años por lo menos, creo que casan de manera ideal con la cómoda.
Las patas son de metal con los regatones negros. No conseguí las originales del mueble, pero me gusta el aire un poco industrial que le aportan éstas.
Ahora, y a pedido del dueño de esta cómoda estoy haciendo un espejo gigante para colocar sobre ella, en negro por supuesto.
Espero que te guste tanto como a mí el resultado de este trabajo. Lamento no haberle tomado fotos del antes, pero me puse a trabajar y se me olvidó por completo.
... ¿Te comenté que era la cómoda de mis hijos? ¿Y que la que serruchó las bonitas patas fui yo? Bueno, eso fue hace mucho, y todavía hoy me pregunto cómo fui capaz ... hoy, seguro que ni loca lo haría. De todos modos, mi hijo quedó conforme con su cómoda "nueva".
Ahora te dejo, ya que tengo que terminar de tapizar las sillas, no sabés que género hermoso encontré, un retazo de lino estampado que me enamoró al instante.
Te dejo un puñado de besos, gracias por pasar, y ya sabés, esta es tu casa, vení cuando quieras y entrá sin llamar!!