¿Hola!
Cómo estás, de nuevo nos encontramos, ante todo mil disculpas por no contestar los comentarios recientes, estoy sin compu todavía.
Este finde me la entregan, por eso esta entrada un poco improvisada con un mueblecito que hice hace mucho, como para practicar técnicas.
Y la titulé así, porque tiene mucho plateado, color que me recuerda el brillo fresco y sereno de la luna...
Había pensado no presentarlo en el blog, porque no tengo fotos de los pasos... Pero te lo muestro igual, a ver qué te parece.
No tengo fotos del paso a paso, en ese momento ni pensaba en escribir un blog y compartir esta locura, pero acá van algunas imágenes como para que te hagas una idea.
Era algo realmente asqueroso, estaba viejo, roto, le faltaban las patas, que reemplazamos.
Un mueble sin gracia ni esperanza, pobre...
Lo desinfecté, limpié, lijé hasta que me quedaron los hombros dormidos de tanto lijar.
Luego lo pinté de blanco, mientras pensaba qué hacerle.
En las puertas, con molduritas de madera talladas, hice un marco, y dentro de ese espacio, apliqué un estencil en relieve hecho con enduido plástico.
El color que le di es un verde amarillento, que tenía en cantidad ya que me había sobrado de otro trabajo.
El relieve, lo cubrí con pan de plata, igual que las molduras y los soportes del espejo.
Una vez seco el color, lo desgasté un poco con lija, para que saliera el blanco de abajo.
El relieve, lo cubrí con pan de plata, igual que las molduras y los soportes del espejo.
Una vez seco el color, lo desgasté un poco con lija, para que saliera el blanco de abajo.
En los laterales, le apliqué la misma plantilla, con color blanco pero muy tenuemente aplicado, casi transparente. Cuando secó, lo lijé un poco para desgastarlo aún más.
Acá ves el lateral luego de encerado.
Los tiradores son de metal, también los plateé a la hoja, y luego de darle barniz los envejecí con cera oscura.
Los interiores los forré con partituras antiguas.
Una vez terminado, le di una mano de barniz a todo lo plateado a la hoja. Y luego pasé una buena capa de cera natural a todo el mueble, seguida de otra capa de cera oscurecida con betún de Judea. Retiré enseguida con un trapo, para que solo se depositara en los recovecos, y dejé secar bien.
Al otro día saqué brillo con un trapo de lana.
Bueno, es lo que traje hoy para mostrarte, lástima que no tengo el paso a paso, sobre todo del plateado a la hoja, pero prometo preparar algo más adelante, aunque quizás ya lo sepas...
Espero llegar a tiempo al finde frugal de Marcela Cavaglieri, no me lo quiero perder, seguro que ya han empezado con las decoraciones de Navidad....
Besos mil, y ya sabés, pasá cuando quieras, tu visita me alegra la vida.