lunes, 14 de marzo de 2016

Me doy un gusto


Restauración de un tocador de mesa


Me gustan los objetos con algunos añitos, como ya te conté. Por eso a veces recorro anticuarios y compraventas, en busca de alguna pieza de vajilla, un pequeño mueble, un espejo (me fascinan los espejos) ya sea para mí, para restaurar o reciclar a pedido de alguna clienta.
Y así conocí a Nanci, que tiene una tienda virtual.
Me enamoré de este tocador en cuanto lo vi, pero no estaba a la venta... es un recuerdo de familia.
Yo lo miraba siempre, porque ella lo usa en las viñetas que compone para exponer los objetos que sí se venden.
Lo miraba, y pensaba que me gustaría tenerlo un ratito en casa...
¡Hasta que se me dio!
Nanci me llamó y me lo trajo, para recuperarlo.
Podés ver cómo estaba, bastante estropeado el pobre.
Las fotos hablan por sí solas:







Huellas importantes del paso del tiempo.


Faltantes de madera.


Las molduras de estuco con motivos de hojas, rajadas en su totalidad.


Las esquinas, rotas.


Con huellas de carcoma bastante profundas.





Con mucho amor y paciencia lo decapé y luego rellené todas las grietas, una por una. También limpié, desinfecté y rellené los agujeros dejados por la carcoma.



Lograda la recuperación  del marco, ya preparado para dorar.



Una esquina  dorada y con las molduras  restauradas.



Otra esquina.



Esta es una de las volutas cuya base estaba carcomida.



La moldura que parecía mordida o arañada por algún animalito.



Una vista de la parte inferior,  lustrada.



El género estampado con rosas elegido por Nanci para tapizar los cajoncitos.



Lamento ser tan pésima con la cámara de fotos, te aseguro que es mucho más lindo.



El juego de toilette, me lo regaló Nanci. El tocador, se lo llevó a su casa. Si querés verlo, visitala en su tienda Me doy un gusto, tiene objetos muy bonitos, para decorar tu casa.


Y sí, lo tuve un tiempito en mis manos, lo mimé,  lo adorné con objetos y soñé que era mío!
Y conocí a una persona hermosa, fuerte, gentil, valiente. Esa es la mayor satisfacción de toda esta historia, haber tenido el enorme privilegio de encontrar a la dueña de Me doy un gusto. Porque lo más importante, lo que no tiene precio, es la gente. La calidad de las personas que  se cruzan en tu vida y  te hacen el camino más agradable.
¡Gracias Nanci, por la confianza depositada en mí para recuperar tu hermoso tocador!

Te dejo por hoy, ya sabés que te espero siempre, y que tus comentarios me alegran el día a día. Besos mil!!!


lunes, 7 de marzo de 2016

Una silla en terapia, parte 3

Lustre y tapizado de una silla


Hola! Por fin terminé las sillas, y te digo que me encanta cómo quedaron. 
Te acordás que ya las había encolado y repuesto partes rotas y faltantes, en la parte dos.

Les pasé cera oscura, que ablandé un poco a baño maría,  con un pincel viejo y estropeado.
Una vez seca la cera ( yo la dejo veinticuatro horas) le saqué brillo con un trapo de algodón, y volví a encerar.



Al otro día bruñí con un trapo de algodón primero y uno de lana luego, y quedaron así.

La silla de la izquierda ya terminada, la de la derecha con una sola mano de cera.

Para tapizarlas, saqué el molde del asiento, unos milímetros más chico que el hueco de la silla, y corté (el carpintero cortó) dos trozos de fibrofácil de 18 milímetros de espesor.

Plantilla del asiento en cartón, para llevar a cortar.

Luego, corté la gomaespuma dos centímetros más grande que el fibrofácil.



En el centro del asiento pegué un pedazo de gomaespuma para hacer altura, y sobre éste puse la gomaespuma más grande,




Sobre la mesa, con el revés hacia arriba, coloqué la tela. Sobre ésta la gomaespuma, y arriba el fibrofácil.
Tomé el centro de uno de los lados y grapé. Luego estiré la tela, y grapé el centro del lado contrario. Así los cuatro lados.
Continué estirando la tela con la palma de la mano, y grapando. Las esquinas las dejé para lo último,.
Estiré bien, acomodando para que no quedaran arrugas, y grapé.
Por último, cubrí con una tela de lienzo para emprolijar, grapando a intervalos regulares.

Te debo las fotos de estos pasos, en medio del trabajo de tapizado le di un golpe al trípode, se fue al suelo la cámara y chau, no anduvo más.
Pero Marcela Cavaglieri subió un tutorial fantástico con unas fotgrafías divinas hace unos días, mejor explicado no puede estar.

Antes de destruir la cámara, y dedicada a mis amigas españolas, alcancé a tomar un primer plano de la tela maravillosa que encontré. Miren chicas, es de sus pagos...



No puedo creer la suerte que tuve. ¡Es lino! Lino, chicas, una de las telas que más me gustan en el mundo y sus alrededores, con el toque de rojo antiguo que me encanta... Y lo más lindo, la conseguí de oferta, era un retazo que estaba dobladito en la bandeja de saldos, y lo vi. Parece mentira cómo el ojo se dirige solito hacia donde tira el corazón!

Ahora sí, con el celular tomé estos primeros planos de las sillas terminadas, así que perdón por las fotos horrorosas, encima que no soy buena con la cámara, con el celu de terror, pero para que se vea que las terminé:






Espero tener la cámara pronto, el reparador me aseguró que tiene arreglo.... Creo que necesito un espacio más amplio para trabajar.
Por ahora, me quedo arrobada con mis sillas, contenta porque me sobró tela para hacer alguna otra cosita.
Si tenés alguna idea de qué hacer con el resto de esta tela tan bonita, hacémelo saber.
Te dejo un montón de besos, gracias por pasar, y volvé siempre. Te espero!



viernes, 4 de marzo de 2016

Cristal y redes

Botella decorada con red de yute o sisal


Hola! 
Sigo con los objetos de vidrio, no sé si te había contado cómo me gustan las botellas, frascos, damajuanas...
Es como si la transparencia del vidrio me iluminara.
Lo siento terso, fresco.
Mirar a través de un cristal, me produce una sensación de alegría.  Es como la anticipación de la felicidad, observar cómo los rayos de sol se expanden formando un arco de colores irisados.
Quisiera tener palabras para explicarlo!

Y las texturas de las fibras naturales, como el hilo sisal, las telas como la arpillera, el lienzo o el lino, me evocan la naturaleza, el campo, la brisa que mueve los sembrados.

Esos son los elementos que usé para este trabajo, una simple botella de vino a la que decoré con hilo de yute o sisal.

Vamos al trabajo!

Materiales

Botella de vidrio
Hilo de yute o sisal
Tijera
Pegamento
Cola de carpintero



Paso a paso

Primero limpiamos bien la botella
Cortamos tiras de yute dos o tres veces más largas que ella.
Medimos el cuello,  cortamos un trozo de hilo y hacemos un anillo, que pegamos o cosemos.



Sobre ese anillo pasamos las cuerdas de yute dobladas por la mitad, y hacemos un nudo así.





Mientras más tiras pasemos, más tupida quedará la red. Si pasamos pocas tiras, quedará más abierta la trama.



Empezamos a anudar, con nudos sencillos pero cuidando que queden a la misma altura todos.



Damos toda la vuelta, y luego comenzamos a anudar las tiras alternadas.
Así hasta que terminamos la botella.



Mientras tejía y hacía los nudos, pensaba en las redes.
Redes que te sostienen, que te impiden caer. Redes de amistad. Redes de familia. Tejemos redes mientras caminamos por esta vida. 
Me gusta la idea de las redes, no para enredarte en ellas, sino para sentirte contenida. ..


La última vuelta de nudos la hice justo sobre el borde inferior, me pareció que quedaba prolija así.
Esos nudos, los pegué con pegamento a la botella, estirando y acomodando el tejido antes, para que quedara lo más parejo posible.
El sobrante de tiras, lo pegué a la base de la botella, tratando de no superponerlos para no crear un bulto.
Luego, corté un círculo de arpillera y lo pegué para emprolijar. Me olvidé de sacar fotos de estos pasos.
El pico lo cubrí por completo con hilo, pegándolo con cola de carpintero.
Para terminar, con la llamita de una vela quemé los hilitos tan característicos de estas fibras, para que quedara más prolijo.
Se puede mejorar la red, no me quedó muy pareja que digamos, voy a hacer otra botella a ver si me sale mejor el trenzado. Pero te cuento que se hace bastante rápido, y admite muchas combinaciones  variando la distancia entre hilos, en fin, es cuestión de ir probando.
Te veo en el finde frugal de Marcela Cavaglieri, y ya sabés:  pasá por acá cuando quieras, siempre te espero.
Besos a puñados!