CÓMODA ART DECÓ RECUPERADA

Cómoda Art decó restaurada

Técnica de desgastado y pátina de cera oscura

Ella es mi preferida. Mi niña bonita.

La amé desde que le puse los ojos encima.  Y la compré,  enamorada de sus formas. 

Porque su corazón es grande, y tiene lugar para guardar mis tesoros, mis libros, mis recuerdos…

Vino como abandonada, con la piel agrietada, con huellas de haber estado en un lugar oscuro, arrumbada en un rincón, llena de objetos descartados, esperando ser hallada por alguien que la amara y le diera la oportunidad de lucir como realmente es.

Le faltaban pedazos, y le sobraban maltratos y descuidos.

Pero estaba firme, sólida, bien parada en esas patas increíblemente fuertes pero gráciles.

Los cajones, amplios, sólo necesitaban un poco de ajuste y herrajes nuevos.

Es mi preferida.

Porque es fuerte, sencilla, de formas netas, pero con sutiles detalles que la suavizan, como ese borde inferior que parece un volado o una puntilla. 

La limpié, repuse las partes faltantes, fabriqué detalles que la visten de princesa, unas molduras que parecen alas…

La imaginé verde. Mi color predilecto. Levemente desgastada, con una pátina de edad pero joven en su esencia.
Con detalles en rojo. Color de pasión, juventud, arrojo, valentía.

La vestí con una capa de rosas. Porque ama las plantas y las flores, es mujer. Es femenina.

Por dentro, dorada… Una reina espléndida, vistosa, brillando suavemente, cálidamente.

Es mía.

Mi preferida. Mi niña bonita.

No sé qué historias vivió.  Conmigo escribe una de redenciones. Rodeada de colores, con perfume a velas artesanales, repleta de  papeles, pinceles y pinturas…

Estoy segura que ahora se ve hasta mejor que cuando era nueva.

Las fotos no le hacen justicia. En persona es más bonita, te aseguro.